Con gran pesar anunciamos el fallecimiento de Leonelo Martínez, un amado esposo, padre, abuelo y miembro respetado de la comunidad de Oaxaca. Nacido el 4 de marzo de 1910 en Guanajuato, México, el notable viaje de Leonelo en esta tierra llegó a un final pacífico el 2 de julio de 2023. Leonelo era conocido por su buen corazón, su inquebrantable dedicación a su familia y su pasión por su tierra natal, Oaxaca. Fue un verdadero testimonio de los valores del trabajo duro, la resiliencia y la humildad. A lo largo de su vida, siempre antepuso las necesidades de los demás a las suyas propias, ganándose el respeto y la admiración de todos los afortunados que se han cruzado en su camino. Cuando era joven, Leonelo enfrentó numerosos desafíos, pero perseveró con un espíritu que inspiró a todos los que lo conocieron. Con oportunidades limitadas, trabajó incansablemente para mantener a su familia, mostrando una inmensa fuerza de carácter y una determinación inquebrantable de crear un futuro mejor para sus seres queridos. Su carrera como agricultor no solo proveyó para su familia, sino que también le permitió a Leonelo desarrollar un vínculo inigualable con la tierra que cultivaba. Tenía una profunda reverencia por la tierra, apreciando su belleza y cuidándola para que diera los frutos de su trabajo. Muchos en Oaxaca recuerdan con cariño a Leonelo como un administrador dedicado de la tierra, siempre dispuesto a compartir sus conocimientos y experiencias con los demás. El amor de Leonelo por su familia no tenía límites. Se casó con su amada esposa, Elonia, en 1935, y se embarcó en un viaje que abarcó casi nueve décadas. Juntos, crearon un hogar acogedor lleno de amor, risas y recuerdos compartidos. Su matrimonio se construyó sobre una base de apoyo mutuo, respeto y compromiso inquebrantable, que sirve de inspiración para todos los que aspiran a forjar asociaciones duraderas. Como padre, Leonelo emanaba sabiduría, calidez y amor incondicional. Fue un pilar de fortaleza para sus hijos, impartiendo valiosas lecciones de vida junto con un profundo aprecio por su herencia mexicana. El amor de Leonelo se extendió a sus nietos, quienes adoraban su naturaleza amable, espíritu juguetón y su presencia inquebrantable en sus vidas. Con su fallecimiento, Leonelo deja un vacío inconmensurable en la vida de todos los que lo amaban. Será recordado como un alma compasiva que dedicó su vida al mejoramiento de los demás, dejando una marca indeleble en los corazones y las mentes de todos los que tuvieron la suerte de haberlo conocido. Que su alma encuentre el descanso eterno, y que su legado sirva de luz de guía para todos nosotros.