Dios miró alrededor de su jardín y encontró un espacio vacío. Luego miró la tierra y vio tu cara cansada. Él te abrazó y te levantó para que descansaras. El jardín de Dios debe ser hermoso. Él siempre toma lo mejor. Vio que el camino se estaba poniendo difícil y que era difícil escalar las colinas, así que cerró tus párpados cansados y susurró "la paz sea tuya". Nos rompió el corazón perderte pero no te fuiste  solo, porque una parte de nosotros fue contigo el día en que Dios te llamó a casa.